Esta iniciativa está dentro del proyecto de “Mejora de la accesibilidad y sostenibilidad de los puertos”
La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz ha puesta en marcha la segunda planta fotovoltaica para el autoabastecimiento de energía eléctrica, dentro de su política de sostenibilidad ambiental y ahorro energético.
Desde hace unos días, el edificio de Talleres, localizado en el muelle Fernández Ladreda, Cádiz, se ha convertido en un edificio sostenible desde el punto de vista energético gracias a la puesta en funcionamiento de una planta fotovoltaica con la producción de 35 kw de potencia, que permite conseguir el objetivo de ser parcialmente autónomo en consumo eléctrico.
La planta, instalada en la cuebierta del edificio de Talleres, en el muelle Fenández Ladreda (Cádiz), se suma a la sede central, en funcionamiento desde junio.
Esa instalación se suma a la planta instalada en la sede central de la Plaza de España, 17, en funcionamiento desde el pasado mes de junio.
Este proyecto, que es el segundo de una serie de iniciativas similares, ha supuesto una inversión de 65.525,61 euros -IVA excluido-, financiado en su totalidad con fondos NextGeneration-EU dentro del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) de la Unión Europea y permite abastecer al edificio de electricidad para consumo propio e inyección a red de excedentes en horario de tarde y especialmente los fines de semana.
En concreto, esta inversión se encuentra incluida dentro del Componente 6 “Movilidad sostenible, segura y conectada” del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, medida I3 “Intermodalidad y Logística” y concretamente dentro del proyecto de “Mejora de la accesibilidad y sostenibilidad de los puertos”, orientada a mejorar la accesibilidad interior y la sostenibilidad ambiental y energética de las infraestructuras portuarias.
En los últimos tiempos se han ido realizando inversiones en materia de eficiencia energética, como la planta de climatización, que fue sustituida por una más eficiente debido a un mayor número de etapas, que permiten una reducción de consumo al no tener que estar funcionando al cien por cien, sino que el consumo aumenta y disminuye según la demanda del edificio.
Asimismo, el alumbrado está optimizado en parte, ya que se han ido sustituyendo luminarias de antigua tecnología por luminarias con tecnología LED en las zonas comunes de primera y segunda planta.