En un comunicado y carta al director explica que “este deporte ha ganado popularidad pero que el espacio actual se ha vuelto insuficiente”
En un escenario que recuerda la famosa canción de Celia Cruz, “no hay casa `pa ́ tanta gente”, nos encontramos con la realidad que enfrentan los practicantes de la vela latina canaria en Lanzarote. A medida que este deporte ha ganado popularidad, el espacio en las instalaciones de Marina Colón se ha vuelto insuficiente para satisfacer las crecientes necesidades de la comunidad náutica.
La demanda histórica de un hogar adecuado para los barquillos de vela latina canaria ha sido una constante en la comunidad deportiva. A lo largo de los años, varios políticos propusieron diferentes ubicaciones, pero finalmente, las instalaciones de Marina Colón fueron el lugar elegido para dar cabida a este deporte, junto con otras disciplinas náuticas.
Sin embargo, a pesar de las inversiones realizadas por las instituciones públicas, estas han quedado rezagadas en relación con las necesidades reales. La competición de seis barquillos de 5 metros en 1990 ha dado paso a la de 14 embarcaciones en 2000 y finalmente, a los 20 barcos en 2023, lo que ha dejado en el olvido la capacidad para almacenar todo el material náutico necesario.
Es importante destacar que en estas embarcaciones de 20 barquillos, cada uno con 4 tripulantes, más el personal en tierra, se suman más de 120 marineros y marineras. En la última regata, algunos de ellos tuvieron que cambiarse al aire libre o dentro de coches debido a la falta de acceso a baños adecuados.
El Centro Insular de Deportes Náuticos se mantiene anclado en su capacidad original desde su inauguración, sin adaptarse al crecimiento de la comunidad de deportes náuticos en la isla. Esta falta de espacio está causando incomodidades y dificultades, especialmente al subir y bajar los barquillos a mano, una tarea que se vuelve casi una odisea cuando se trata de un gran número de embarcaciones.
Desde la Federación Insular de Barquillos de Vela Latina en Lanzarote nos hacemos la pregunta: ¿hasta cuándo tendremos que esperar para contar con una instalación digna, similar a las que existen en otras islas? ¿Debemos seguir anclados en el pasado mientras se promueve nuestra cultura? Es hora de que nuestras autoridades reconozcan la importancia de brindar un espacio adecuado para nuestro deporte y permitir que siga creciendo en Lanzarote
