La iniciativa liberará 4.300 m² para uso público, creará 5.500 m² de zonas verdes y optimizará los servicios portuarios con criterios sostenibles

La Autoridad Portuaria de Baleares (APB), en colaboración con el Ajuntament de Palma, ha presentado el proyecto de reordenación del Portitxol, una propuesta dirigida a abrir esta dársena al barrio y a la ciudad, manteniendo su carácter popular y marinero. El plan contempla la liberación de 4.300 metros cuadrados para uso ciudadano, la creación de 5.500 metros cuadrados de zonas verdes, la eliminación de barreras arquitectónicas y la optimización de los usos portuarios bajo criterios de sostenibilidad.
El presidente de la APB, Javier Sanz, acompañado por el director Toni Ginard y el concejal de Turismo, Cultura, Deportes y Coordinación Municipal, Javier Bonet, presentó el proyecto a representantes vecinales en el edificio de Can Salas. La actuación incluye el rediseño del paseo marítimo y la mejora de la desembocadura del torrente de na Bàrbara, eliminando el desnivel de cuatro metros entre paseo y muelles para mejorar la accesibilidad.
El plan urbanístico prevé la creación de una gran plaza pública frente al mar, un aparcamiento subterráneo y un nuevo esquema de movilidad que peatonalizará la calle de la Sirena y priorizará el tránsito peatonal y de residentes. El espacio urbano combinará usos sociales, comerciales y de ocio con la actividad portuaria.
En el ámbito náutico-deportivo, la reordenación trasladará la actual escuela de vela del Club Nàutic Portitxol al muelle de pescadores, y el varadero y la marina seca se ubicarán en la zona de Troneras. La actuación incluirá también una estación de servicio de combustible adaptada a embarcaciones y la optimización del espejo de agua para nuevos amarres sociales.
Una de las novedades será la construcción de una cubierta transitable en el dique exterior de Troneras, bajo la cual se habilitarán almacenes, pañoles y talleres, replicando el modelo aplicado en el puerto del Molinar.
El Portitxol, situado en el extremo este del puerto de Palma, mantiene un fuerte vínculo histórico con la ciudad, desde su origen como ensenada natural y abrigo comercial hasta su consolidación como barrio obrero en el siglo XIX. Actualmente cuenta con 560 amarres de embarcaciones de pequeña eslora, gestionados directamente por la APB y a través del Club Nàutic Portitxol.