El acto “Entre Redes y Velas” reúne a un centenar de profesionales e instituciones para conmemorar una década de la travesía que une mar y espiritualidad

Un centenar de profesionales del sector marítimo, representantes institucionales y amantes del mar se reunieron este lunes en Gijón para conmemorar los diez años del Camino de Santiago a Vela, una travesía que ha logrado consolidarse como una de las iniciativas más emblemáticas del turismo náutico en el norte peninsular.
El evento “Entre Redes y Velas”, celebrado en La Colegiata de Gijón, se convirtió en un homenaje a la historia compartida entre la tradición pesquera y la navegación deportiva, entre la espiritualidad jacobea y la cultura marítima. Con la conducción del periodista y navegante Quico Taronjí, el acto repasó la evolución de esta ruta que une mar y tierra a través de un relato de innovación, sostenibilidad y cooperación institucional.
La jornada comenzó con la firma de la Alianza de Municipios del Camino a Vela en el Ayuntamiento de Gijón, un gesto simbólico que refuerza la hermandad entre las localidades que han acogido esta travesía durante una década. Ángela Pumariega, vicealcaldesa y concejala de Turismo, fue la anfitriona del acto, acompañada por el director de la travesía, Federico Fernández Trapa, y representantes de más de veinte municipios, además de numerosos peregrinos que se sumaron a la celebración.
Durante el encuentro, el historiador Juan Caamaño evocó las antiguas peregrinaciones marítimas a Santiago, recordando que el mar también ha sido vía de fe. Posteriormente, Ana Cristina Gozalo, en representación de Turespaña, puso en valor el papel del Camino a Vela como motor del turismo azul en España, destacando su capacidad para desestacionalizar el turismo y generar nuevas oportunidades económicas ligadas al entorno marino.
Uno de los momentos más significativos de la jornada fue el coloquio “Voces en azul”, donde se reflexionó sobre los desafíos y oportunidades del sector marítimo. Desde la mirada deportiva de la vela como superación personal, hasta la necesidad de integrar la pesca tradicional y el turismo náutico en un mismo relato, pasando por el impulso a la educación marinera y la reivindicación del papel social de la náutica, el debate evidenció la riqueza y transversalidad del proyecto.
El acto concluyó con un brindis marinero en el que instituciones, cofradías, empresas, tripulaciones y entidades culturales celebraron esta década de cooperación y futuro compartido. La organización dejó claro su compromiso con la continuidad de la iniciativa, afirmando que “entre redes y velas seguimos navegando, porque el mar no separa: el mar une”.