La 10ª edición partirá el 5 de junio desde La Rochelle con más de 150 peregrinos náuticos

Una década navegando con alma peregrina. Así se presenta la 10ª Travesía El Camino de Santiago a Vela, una edición cargada de emoción, simbolismo y compromiso con el mar y la cultura. El próximo 5 de junio, más de 25 veleros y 150 peregrinos zarparán desde el emblemático puerto francés de La Rochelle, punto de partida de esta travesía que fusiona navegación y espiritualidad, y que culminará el 1 de julio en la Plaza del Obradoiro tras la última etapa a pie desde Padrón.
Este viaje marítimo-espiritual recorrerá 18 etapas de navegación y hará escala en 18 localidades costeras, desde Hondarribia hasta Vilagarcía de Arousa, con ocho jornadas de descanso en puerto para actividades culturales, gastronómicas y encuentros con la comunidad. Cada recalada será una celebración del patrimonio y la hospitalidad de los pueblos del norte peninsular.
Uno de los momentos más destacados de esta edición será el acto de Alianza entre las localidades del Camino de Santiago a Vela, que se celebrará el 16 de junio en Gijón, ciudad anfitriona. Este encuentro conmemorativo busca reforzar los lazos turísticos, culturales y medioambientales entre las comunidades que comparten este singular Camino por mar.
“Este décimo aniversario es una celebración de todo lo que hemos logrado juntos: navegantes, localidades e instituciones que nos han apoyado en esta aventura. Nuestro objetivo sigue siendo el mismo: disfrutar del mar de forma consciente, conectando con la tradición del Camino y promoviendo un turismo más humano y respetuoso”, destaca Patricia Alcubilla, coordinadora de la travesía.
Desde su primera edición en 2016, más de 2.000 “peregrinos del mar” han participado en esta travesía náutica, transformando una idea en una forma de vida. “Aquí he encontrado una segunda familia y un modo distinto de vivir el mar”, recuerda Andoni, participante ininterrumpido desde la primera edición.
El Camino a Vela 2025 promete ser una experiencia inolvidable, consolidando un modelo de turismo azul sostenible que crece cada año y que este junio celebra, con viento en popa, una década de navegación con alma peregrina.