La entrada en vigor del límite de emisiones de azufre al 0,1% obliga a todos los buques a adaptarse a la normativa MARPOL

El próximo 1 de mayo de 2025, el mar Mediterráneo será declarado oficialmente Área de Control de Emisiones (ECA) para los óxidos de azufre (SOx), según el Anexo VI del Convenio MARPOL de la Organización Marítima Internacional (OMI). Esta medida reducirá el contenido máximo de azufre en los combustibles marinos del 0,5% al 0,1%, con el objetivo de disminuir las emisiones contaminantes en una región con una alta densidad de tráfico marítimo.
El Mediterráneo, que representa solo el 7% de la superficie marina mundial, concentra el 30% del tráfico marítimo global, el 24% de la flota mundial y más del 17% de los cruceros. Además, según estimaciones de Plan Bleu y la OCDE, alberga más del 30% del turismo náutico global, con más de 200 millones de turistas anuales, muchos de ellos atraídos por actividades como la navegación recreativa, el chárter y las excursiones marítimas.
La declaración del Mediterráneo como zona ECA supone un desafío para todos los sectores náuticos, incluido el turismo náutico y la navegación de recreo en España, donde gran parte de las embarcaciones todavía operan con motores diésel antiguos sin control de emisiones. El uso continuado de estos motores, junto con las ayudas fiscales vigentes para el combustible fósil de uso turístico, contrasta con las exigencias europeas de navegación limpia.
Las emisiones de las embarcaciones recreativas, los vertidos incontrolados, el fondeo sobre praderas de Posidonia, el ruido submarino y la presión sobre ecosistemas litorales evidencian la necesidad urgente de una transición hacia un modelo más sostenible. A pesar de avances en el desarrollo de embarcaciones eléctricas e híbridas, la modernización del sector turístico náutico en España es aún insuficiente para cumplir con los objetivos de descarbonización.
La entrada en vigor de la normativa ECA no solo afecta a los grandes buques comerciales, sino que implica también una responsabilidad directa para la náutica recreativa. Las propuestas para abordar esta transición incluyen la eliminación de las bonificaciones al diésel turístico, el impulso a flotas de alquiler con propulsión eléctrica, híbrida o de hidrógeno, la modernización de infraestructuras portuarias con puntos de recarga y la creación de incentivos para la conversión energética del sector.
El cumplimiento de esta normativa representa una oportunidad para que España lidere el turismo náutico sostenible en Europa, alineándose con el Pacto Verde Europeo y la Misión “Océano y Aguas”. La adaptación del sector no es opcional, sino una obligación internacional con implicaciones directas para la competitividad, la sostenibilidad y la preservación del ecosistema marino.
El 1 de mayo de 2025 marca el inicio de una nueva era en la navegación en el Mediterráneo. La capacidad de respuesta del sector náutico español a este cambio será determinante para su posicionamiento futuro en el contexto europeo.